Los bancos encarecen el crédito a las empresas
La subida de los intereses y de los créditos se ha visto incrementado estos últimos meses, tanto es así que las empresas han visto como el crédito bancario se ha encarecido alrededor de un 43%. Se prevé que el próximo otoño va a ser duro, y la subida de los créditos no será de gran ayuda para las empresas.
Actualmente las empresas han pasado de pagar un 1,61% de intereses a finales del año 2021 a un 2,3% en julio del 2022 y detrás de está subida está el euríbor y el endurecimiento de los criterios de los riesgos, culpables de la escalada.
El endurecimiento del crédito de la banca
Que todo apunte a que el próximo otoño no va a ser fácil, no anima a las empresas, pymes y autónomos, ya que la banca está endureciendo el crédito y sus condiciones. El pasado 8 de septiembre el Banco Central Europeo anunció una nueva subida de los tipos de interés del 0,75%.
Esta situación tan ajustada para los negocios es otra de las causas por la que las empresas buscan cada vez más alternativas financieras como las entidades no bancarias. Cada vez son más las empresas que acuden a nuestros gestores financieros para informarse de los productos financieros disponibles para ellos como el descuento de pagarés, el confirming o el anticipo de facturas. Una manera más sencilla de poder seguir trabajando durante el día a día y poder contar con la liquidez necesaria.
Cambios en los criterios de concesión y condiciones de crédito
El incremento de la morosidad también es una causa del endurecimiento de los criterios de concesión y las condiciones de créditos. Ya desde el segundo trimestre del año 2022 los criterios para conceder créditos se endureció ligeramente, pero también la demanda de créditos se ha visto reducida.
Este contexto crea incertidumbre en muchas personas, empresas y familias y ya desde el segundo trimestre que se viene anunciando que este tercer trimestre habría un nuevo endurecimiento generalizado del acceso al mercado financiero.
Sigue subiendo la negativa a financiar empresas
Ya desde el primer semestre se dificultó el acceso al crédito y préstamo para las empresas, tanto en los criterios de concesión como en las condiciones que se aplicaban, y así ha seguido durante este segundo semestre. El riesgo que se percibe es otro de los detonadores del encarecimiento del crédito, al igual que el deterioro de las perspectivas económicas y la menor tolerancia que tienen las entidades financieras hacía estas perspectivas.
Tanto las grandes empresas como las pymes llevan unos meses sufriendo este endurecimiento de la financiación.
Es en situaciones como esta cuando las empresas empiezan a plantearse otro tipo de financiación, como la financiación no bancaria, donde pueden conseguir liquidez con más facilidad para seguir trabajando.
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