Diferencia entre quiebra y suspensión de pagos
Vamos siendo conscientes de la situación actual, y vemos como no ayuda a levantar cabeza a muchas empresas. La subida de la luz, la subida de las materias primas, el coronavirus, el entorno “VUCA”… ¡Vivimos en tiempos de mucha incertidumbre!
Estos tiempos hemos escuchado más a menudo términos de declaración de insolvencia, como el de suspensión de pagos o el de quiebra. En ambos casos entendemos que la empresa se encuentra ante un grave problema de liquidez, pero no siempre los sabemos distinguir del todo bien. Ahora veremos un poco detalladamente y de manera breve cuál es la diferencia entre quiebra y suspensión de pagos.
¿Qué es la suspensión de pagos?
La suspensión de pagos es cuando una empresa se encuentra en situación de insolvencia, aunque sea de carácter transitorio. Se puede dar el caso de que el valor de los activos de la sociedad sea mayor que el de sus deudas.
Vamos a verlo mejor con un ejemplo. Una empresa que distribuye material de construcción a varios clientes, entrega la mercancía a sus clientes y estos le deberían pagar en un plazo máximo de 60 días. Pero por otro lado, las empresas que venden su material, por varios motivos, se atrasan en el pago, entonces la empresa que distribuye tiene muchas facturas por cobrar (activos), pero ninguna liquidez (no tiene dinero en efectivo en caja).
El problema para el distribuidor, en este caso, es que necesita el dinero para poder pagar a sus proveedores y trabajadores, mientras las empresas de venta de material para la obra no le paguen, la empresa se declara en suspensión de pagos, pero tiene la intención de pagar sus deudas nada más cuenten con el dinero.
¿Qué es la quiebra de una empresa?
La quiebra es lo contrario a la situación anterior, ya que la empresa dispone de un valor de activos inferior al de sus deudas. Y si alguna empresa llega a esta situación, entra en situación de quiebra.
Muchas empresas ven cómo sus ingresos disminuyen por falta de actividad y no pueden afrontar las deudas ni aún vendiendo la totalidad de sus bienes. Sus activos son menores que sus pasivos, el valor de la empresa no alcanza para poder responder a sus obligaciones y de esta manera algunas quedarán impagadas.
Esta situación es compleja, ya que los recursos no alcanzan para cubrir las deudas del negocio. Lo se hace, generalmente, para poder priorizar el pago a los acreedores de la empresa es establecer un procedimiento concursal donde un administrador es designado para encargarse de gestionar los recursos que haya y determinar el orden de los pagos necesarios.
La principal diferencia entre la quiebra y la suspensión de pagos es que en el segundo caso, la situación puede ser reversible.
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